El aislamiento social preventivo es la estrategia, hasta ahora, más efectiva para frenar la propagación del COVID- 19 en nuestro país y en el mundo. Sin embargo, uno de los mayores problemas asociados al aislamiento, se relaciona con contener y ayudar a aquellas mujeres víctimas de violencia, que se encuentran hoy en una situación aún más vulnerable, dado que están confinadas con su agresor.
El encierro forzado en hogares con antecedentes de violencia provoca un recrudecimiento de la misma y por otro lado, también podría llevar a un desencadenamiento en otras familias sin antecedentes. En circunstancias de convivencia de tiempo completo, pedir ayuda, se vuelve todavía más difícil para las víctimas.
QuedateEnCasa: cuarentena y violencia de género
Durante el período que lleva el aislamiento social y preventivo, el aumento de la violencia contra las mujeres ha crecido exponencialmente en Argentina y otros países del mundo. Lo mismo sucedió con las denuncias en contra de los agresores, en muchos de los casos. A día de hoy, ocurrieron más de 20 femicidios en el país.
La pregunta que surge es, ¿cómo debemos acompañar a las mujeres en este contexto?
Sin duda, es clave, en primera instancia visibilizar la violencia, poner en palabras la realidad que viven muchas mujeres – por esto nos referimos a quienes tienen cargos polìticos y públicos, a los medios masivos de comunicación, a los y las líderes de las organizaciones; y hacer público los canales de denuncia y las campañas que los entes responsables están llevando a cabo para asistir y proteger a las víctimas.
Por otro lado, es esencial que todos y todas tomemos un compromiso con la situación que aqueja a cada vez más mujeres, niñas y niños en los hogares argentinos. Por eso, desde nuestro lugar, utilizamos este espacio para invitar a las organizaciones a tomar consciencia acerca de la vulnerabilidad que enfrentan muchas mujeres.
Es importante utilizar los canales de comunicación corporativos para dar lugar a las campañas de comunicación que echen luz sobre las desigualdades de género. Además, aquellas organizaciones que ya trabajan con protocolos de violencia doméstica pueden, en este contexto, reforzar su presencia y aquellas que aún no lo tienen pueden tomar la oportunidad para comenzar a implementarlo.
En este sentido, queremos reforzar nuestro interés en que además de los líderes, también el resto de los colaboradores y colaboradoras, estén atentos a esta problemática y se comuniquen a diario con las mujeres de sus equipos, se comprometan y colaboren de acuerdo a las necesidades que pueda estar atravesando una compañera.
Les compartimos algunas buenas prácticas:
-Tener comunicaciones diarias con las colaboradoras, involucrarse en sus realidades y reforzar la confianza con ellas.
-Consultarles acerca de la convivencia.
– Proponer códigos de comunicación para hablar sobre la temática sin quedar en evidencia.
-Armar redes de contención entre equipos.
En un contexto que desdibuja las distancias entre lo profesional y lo personal y en el que participamos a diario de la cotidianeidad de los hogares de nuestros y nuestras compañeras/os, invitamos a todos a reflexionar sobre la importancia de colaborar y acompañar especialmente a las mujeres que sabemos que #QuedarseEnCasa dista de ser la mejor opción. Si querés más información o saber cómo podes ayudar una compañera en esta situación ingresa aquí
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