Los valores – 2da parte
En la actualidad todas las organizaciones, sean grandes o pequeñas, tienen definido un discurso institucional que incluye misión y valores – o pilares organizacionales-. Pero, ¿qué son los valores?
La declaración de valores o pilares es un compromiso asumido para que todos sepan cómo debe trabajarse dentro de la compañía. Si el propósito es el destino al cual se quiere arribar, los valores son el mapa – o GPS- que nos permitirán llegar a ese punto.
Los pilares nos indican cómo alcanzar el propósito organizacional. Son una enunciación sobre cómo se hacen las cosas, priorizando qué aspectos. Son las bases sobre las cuales se sostiene el desarrollo de las actividades cotidianas en la compañía.
¿Por qué tener valores organizacionales definidos?
Porque permiten que toda la organización trabaje en sintonía. Contar con valores organizacionales claros les permitirá a los colaboradores, a los mandos medios y a la línea gerencial, saber qué se espera de ellos.
Resulta conveniente que los valores declarados no disten mucho de los reconocidos por los trabajadores. Ya que si la distancia es muy grande los colaboradores los percibirán como un discurso lejano y ajeno.
El objetivo de la enunciación de los valores es poner en claro un marco de referencias compartidas con el que los colaboradores se sientan identificados y reconocidos. Deben incorporarlos en el desarrollo de sus labores y actividades cotidianas.
De todas maneras, la declaración de valores también puede funcionar como un aspiracional sobre cómo deberíamos trabajar en la empresa. De esta manera también nos invitarán a mejorar continuamente la forma en que hacemos las cosas.
Todo muy lindo pero, ¿cómo lo hago?
Al igual que con el propósito. Los valores organizacionales dependerán mucho de la organización, el tipo de trabajo que se desarrolle en ella y del público interno.
En AB Comunicaciones pensamos la comunicación desde la cultura. Eso implica admitir que no existen recetas prediseñadas, ya que los códigos de comunicación son contextuados. Están en profunda relación con el entorno y con las prácticas de las personas.
Por ejemplo, en una compañía de productos agroquímicos no se generan los mismos vínculos y dinámicas de trabajo que en una de servicios de telefonía. Por ende, los valores que guían el trabajo en estas compañías no pueden ser los mismos.
Para ayudarte a pensar cuál es la mejor forma de enunciar los valores de tu organización, te dejamos este pequeño cuestionario.
1. ¿De qué forma queremos realizar nuestro propósito organizacional?
2. ¿Cómo definimos el perfil de nuestros colaboradores/equipos?
3. ¿Qué valores, conductas o actitudes destacan los trabajadores en su labor cotidiana?
4. ¿Cómo podemos equilibrar el cómo queremos hacer las cosas, y cómo se realizan diariamente?
A partir de la definición institucional del propósito y los valores los miembros de la organización podrán entender hacia dónde se dirige el negocio, y cómo pueden contribuir a ese camino. Definir un discurso corporativo es un proceso lento y requiere del compromiso de toda la línea gerencial. Pero te aseguramos que es un esfuerzo que vale la pena.
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