Medir para decidir
En notas anteriores hablábamos sobre cómo es la salida escalonada del ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) y qué están haciendo las organizaciones para transformar sus espacios y sus políticas de convivencia, de manera que los puestos de trabajo sean seguros para sus colaboradores.
Hoy nos encontramos con un 85 por ciento del país que retomó sus actividades y con un AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) que dada su condensación poblacional y el número de contagios, aún se encuentra revisando el proceso de retorno a la nueva normalidad.
Por su parte, las organizaciones continúan repensando sus espacios físicos, de manera que se adapten a las nuevas exigencias de sanidad, con protocolos de higiene, distanciamiento y regresos alternados.
Medir para decidir
Sin embargo, para garantizar el bienestar de las personas, no solo son necesarias las buenas condiciones físicas, sino también las mentales y anímicas. Y es en este sentido que los líderes de las compañías deben asegurarse que sus equipos se sientan en condiciones de volver a trabajar a la oficina. Para ello, es necesario anticiparse a cómo los colaboradores reaccionarán al respecto, una vez fijada la fecha de retorno.
En este sentido, se sugiere que las compañías prioricen a las personas como primera medida, y para lograrlo, la comunicación estrecha entre líderes y equipos es fundamental para conocer la realidad de cada colaborador:
Consultas sobre cómo es la situación respecto al cuidado de niños o familiares vulnerables o ancianos en cada caso, o cómo se sienten a la hora de viajar en transporte público, cuál es la distancia que tienen hasta la oficina, qué otros medios de transportes podrían ser los elegidos como vehículo particular o bicicletas en caso de ser posible, serán interrogantes que deberán estar contemplados. Esta instancia además generará confianza y seguridad en los colaboradores, ya que propone un proceso de retorno minuciosamente pensado por la organización.
Muchas compañías a nivel mundial, están utilizando el “árbol de decisiones” una herramienta que parte de un conjunto de preguntas y que de acuerdo a los datos que arrojan las respuestas, determina si es adecuado o no el retorno. En todos los casos, este aplica a aquellos roles que debido a sus tareas pueden continuar desarrollándose de manera remota.
Otras acciones claves
Desde ABCOM, implementamos pulsos rápidos que permitieron en muy pocos días brindar información a las organizaciones para que puedan reconocer los focos de sensibilidad presentes en sus colaboradores con respecto al regreso y también medir la receptividad y efectividad de las iniciativas organizacionales para así identificar los temas clave que deberán ser trabajados en profundidad siempre en pos de garantizar un escenario seguro para el desempeño de los equipos.
La comunicación interna, es nuevamente la protagonista para velar por las personas a la hora del regreso. Por ello, a continuación se desarrollan otras actividades que pueden ser aprovechadas por las organizaciones para buscar el bienestar de sus equipos:
- Garantizar comunicaciones claras sobre cuestiones prácticas como los protocolos de sanidad y seguridad. Deben pensarse y comunicarse con anticipación, mientras dejan en claro que se confía en las personas para hacer lo correcto.
- Es fundamental concentrar toda la información sobre coronavirus en un solo lugar: por ejemplo la intranet o en redes sociales colaborativas. De forma que todos sepan que allí encontrarán todas las comunicaciones oficiales, preguntas frecuentes y consejos. La transparencia genera confianza.
- Ser coherente en las comunicaciones, compartir un mensaje unificado para no generar instancias de ruidos y/o malentendidos.
- Contar con una dirección de correo electrónico dedicada a recibir consultas sobre coronavirus así las personas puedan dirigir sus inquietudes. Por supuesto, es vital asegurarse de que se supervise y se respondan los correos electrónicos con de forma inmediata.
- Por último, a medida que las personas vayan retornando, la capacitación sobre el distanciamiento social, lavado de manos y protocolos de salud y seguridad, se puede contemplar como una instancia que genera confianza y seguridad para volver a trabajar a la oficina.
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