Síndrome de burnout: el rol de los líderes

Síndrome de burnout: el rol de los líderes y la circulación de la palabra

Mucho más que un estado de ánimo, el desgaste ocupacional que se manifiesta en la frase “estar quemado” es difícil de detectar e impacta de forma negativa en las organizaciones. Para entender qué es, qué responsabilidades tienen los líderes y qué hacer para prevenirlo, ABCOM trae la palabra de las expertas Mariela Rodríguez Ponte y Gaby Hostnik.

Tarde de primavera pre pandémica en Puerto Madryn. El salón de conferencias estaba lleno, esperando que el último disertante, un reconocido arquitecto chileno, cierre con su presentación el primer día de congreso. El hombre se acercó al escenario, tomó el micrófono y antes de comenzar a hablar sobre inversiones en el frente costero de Valparaíso, contó sin ceremonias: “vengo de unos días de trabajo muy complejos, con problemas a resolver que se ramifican y con mucho estrés. Estoy quemado. Y llego a esta ciudad, dejo mis cosas en el hotel, camino hasta la playa, me paro de cara al mar, cierro los ojos y por un momento el viento patagónico se lleva todos mis problemas. Qué paz”.

El aire fresco en la cara es un gran alivio, pero como señaló el arquitecto, momentáneo. Es que ‘estar quemado’ es mucho más que una expresión. El síndrome de burnout o desgaste ocupacional “es un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral”, explica para esta nota la especialista en Inteligencia Emocional Gaby Hostnik.

Si bien el campo de la salud y la psicología lo investiga hace tiempo, recién en 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que será considerado como un “problema asociado al empleo o al desempleo” en la próxima Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). Con esta nueva clasificación, que entra en vigor el 1 de enero de 2022, la OMS espera visibilizar el síndrome, para que se tomen las medidas necesarias para su prevención y tratamiento.

¿Qué sucedió en 2020, con la llegada de la pandemia? Según una investigación del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21, en mayo del año pasado se registró un aumento del 5% de agotamiento por burnout. Caracterizado por la institución como un síndrome de estrés laboral crónico con “altos niveles de agotamiento y de cinismo”, al 48% de los encuestados le resultó “siempre o casi siempre” difícil relajarse luego de una jornada laboral, al 36% le costó cada vez más comenzar a trabajar y el 38% se encontró demasiado cansado para dedicarse a otras cosas luego de finalizada la jornada laboral. 

Con el pasar de los meses, este fenómeno de alcance global parece haberse acentuado. Según un informe publicado por la revista Harvard Business Review, cerca del 41% de los trabajadores encuestados reportó haber sufrido burnout como resultado de factores vinculados a la pandemia. Entre ellos, manifestaron haber sentido estrés a causa del trabajo remoto y una mayor carga horaria, miedo a condiciones inestables de trabajo y preocupaciones por la seguridad laboral. De esos trabajadores, el 37% reportó no haber hecho nada al respecto. 

“No podemos negar el estrés y los desafíos que estamos viviendo a diario, por eso tenemos que aprender a tomar consciencia, escuchar las señales de alarma, velar por nuestro bienestar y tener una red que nos contenga, yo los llamo círculos de empatía”, señala Hostnik. 

La responsabilidad de quienes lideran equipos, en este sentido, es muy grande. “Los líderes crean los climas emocionales en un equipo y esos climas se contagian. Todos estamos lidiando con la ambigüedad y con el cambio constante, por eso es fundamental el rol del líder para registrar el estado de ánimo de los colaboradores, escuchar y así acompañar y facilitar el trabajo diario”. 

Estrategias para líderes

¿Cuáles son las estrategias que se deberían tener en cuenta para luchar contra el ‘burnout’? Para la directora de Operaciones de ABCOM, Mariela Rodríguez Ponte, “lo fundamental es el trabajo con líderes: generar espacios de escucha e intercambio, desde coaching individual hasta encuentros grupales”. 

En ese sentido, la nueva modalidad de trabajo que se adoptó masivamente en 2020 y se cristalizó en lo que los expertos denominan blended working, es todavía un gran desafío. “Los líderes han sido los más exigidos en este cambio de paradigma y lo van a seguir siendo. Escucharlos, contenerlos, acompañarlos, darles herramientas para mejorar el rendimiento de las personas que forman parte de sus equipos -ahora más que nunca siendo ‘personas’- es clave para mejorar la gestión en las organizaciones”, explica la experta en comunicación desde su mirada de coach ontológica.

En cuanto a la gestión de ese cambio cultural, señala que “hay cada vez más herramientas o plataformas digitales para organizar el trabajo. El objetivo es lograr una comunicación clara y a tiempo”. 

En términos generales, la cultura de la organización debe trabajar desde la empatía. “La comunicación interna debe ser cercana, contenedora, buscar la participación y generar conversaciones. Los canales de diálogo deben ser algo más que espacio donde circule información unidireccional”, cierra Rodríguez Ponte.

Así, con un cambio de paradigma que está aún en proceso, las habilidades comunicacionales, la escucha activa y la inteligencia emocional aparecen como la mejor forma para crear una cultura capaz de detectar el burnout. Aunque siempre es necesario, con una sesión de viento patagónico en la cara no alcanza. La empatía, como señala Hostnik, y los espacios de escucha, como propone Rodríguez Ponte, serán, para los cambios que aún están por venir, los ejes de cualquier organización saludable.