Coaching empresarial: podemos superar nuestros límites

A ninguno de nosotros nos gusta hablar del fracaso y usted, estimado lector, tiene la oportunidad de decirme lo contrario. Si lo hace, lo escucharé y aprenderé de usted. Resulta que esa palabrita, “fracaso”, suele ponerse bastante cargosa hasta convertirse en una especie de perseguidor que nos llena de dudas al momento de actuar y tomar decisiones. Y más aún si uno tiene la responsabilidad de conducir un grupo/equipo de personas (la formulación grupo barra equipo es adrede).

¿Qué es lo que la idea de fracaso genera en nosotros? Nada menos que el temor a equivocarnos y la construcción de una zona de confort en la cual nos sentimos relativamente cómodos y no nos deja avanzar. Usted y yo sabemos que quien conduce, quien lidera, necesita más que eso para alcanzar sus objetivos. El potencial está ahí, dentro de cada uno, pero muchas veces no lo podemos dejar salir.

Si queremos superar el miedo al fracaso lo primero que tenemos que hacer es hablar de él. Según encuestas y talleres de desarrollo de liderazgo, se pueden identificar cuatro causas principales que nos acercan más al fracaso que al éxito. Y no queremos eso, ¿cierto? En primer lugar, encontramos los problemas con las relaciones interpersonales. El segundo, el temor a no cumplir con las expectativas del puesto. Tercer y cuarto lugar, pero no por esto menos importante, listamos el temor de no saber conformar y dirigir un equipo colaborativo y la tan mentada resistencia al cambio.

Todos estos factores se encuentran en un solo lugar y no, no es la empresa, ni el equipo, ni siquiera los directores. Son elementos exclusivamente personales que se pueden trabajar y superar para lograr convertirse en ese líder que uno siempre quiso ser. No, espere, no estamos hablando de ser Mandela, o Ghandi, o San Martín, sino todo lo contrario: estamos hablando de ser el mejor líder que uno mismo puede ser.

El coaching empresarial, una herramienta que abre puertas

El coaching es una práctica profesional basada en conversaciones entre un coachee y su coach, es decir, entre una persona que se propone superar sus límites y otra que está allí para ayudarlo. Un intercambio permite desarrollar el potencial del coachee en función de su proyecto, lo cual implica identificar cuál es ese proyecto para dar un primer paso fundamental. El siguiente escalón aborda el diseño personal de un plan de acción, descubriendo los recursos con los que se cuenta e incorporando las herramientas necesarias para tender puentes entre la situación actual y la situación deseada. Semana tras semana se reflexiona sobre los resultados y se plantean nuevos objetivos en un proceso que se construye específicamente para cada persona.

Contar con un coach especializado en comunicación y liderazgo permite ayudar a los líderes de la empresa (y a aquellos que se proponen serlo) a potenciar su efectividad personal y mejorar el desempeño grupal, a resolver situaciones conflictivas y a motivar a las personas en contextos de cambio. Es decir, ayuda a superar los límites que cada uno de nosotros tiene empezando a hablar sobre el fracaso para lograr generar conversaciones sobre el éxito.

 

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