Redes sociales. Catapultar o sepultar una marca empleadora
La viralidad con la que hoy circula la información encuentra su origen en el increíble crecimiento de las redes sociales. Somos testigos desde ya algunos años. Veremos cómo esto afecta a la configuración de la marca empleadora.
Ser parte de una empresa, nos hace responsables de lo que decimos, de cómo lo decimos y de modo actuamos en las redes sociales.
Pero antes de seguir avanzando, veamos algunos números. Estos nos pueden ayudar a entender por qué es necesario vigilar bien lo que decimos.
- Twitter tiene 500.000.000 usuarios, 218 millones de usuarios activos al mes y 500 millones de tweets al día.
- LinkedIn tiene 259.000.000 usuarios
- Facebook tiene 1.109.000.000 usuarios
Entonces, con esta exposición: ¿No es clave pensar primero y escribir después?
En la vorágine diaria, puede ser que se nos escape esta reflexión. Por eso acá te damos 6 consejos para que tengas en cuenta antes de apretar el botón twittear:
Los SI de una marca empleadora en redes
- Dividir las redes sociales. Si tenés enlazadas varias redes sociales como Facebook, Twitter y LinkedIn, todo lo que publicás en alguna de ellas se muestra en las demás. Hay que tener cuidado, ya que cada una de estas páginas tienen propósitos diferentes. Por eso es recomendable no realizar comentarios que puedan resultar contraproducentes para la compañía en redes sociales. Clientes o posibles clientes puedan llegar a verlo.
- Chequear la información que publicamos. Asegurate al 100% que lo que estás publicando sobre tu compañía es un dato certero y tiene sustento en la realidad.
- Respetar el espíritu de la marca en las publicaciones. Es importante porque refleja lo que somos, quienes somos, lo que hacemos y para qué o quiénes lo hacemos. En definitiva, te aconsejamos no realizar publicaciones que vayan en contra de la razón de ser de la compañía.
Los NO de una marca empleadora en redes
- Contradecir la política de comunicación de la empresa. Es necesario coincidir en un todo con la política de comunicación o con el estilo de comunicación de la empresa para no generar cortocircuito. Por ejemplo: es clave primero comunicar a los equipos o puertas adentro y después al mundo exterior. No es recomendable que novedades de la empresa se conozcan por las redes sociales.
- Brindar información empresarial. A veces resulta sencillo comentar lo que pasa en nuestros lugares de trabajo. Hay que tener en cuenta que este tipo de datos son confidenciales para la compañía. Por eso es clave no divulgar información que pueda resultar sensible directa o indirectamente, tanto para el público interno como para el externo. Por ejemplo: si no se van a aumentar los sueldos no publiques que la compañía creció en ventas.
- Olvidar que somos embajadores de la marca. Puertas adentro, en nuestros equipos, en la compañía, en el comedor, en las reuniones y también en las redes sociales somos embajadores y portavoces de la empresa.
Conclusiones
Todo el contenido que subamos a las redes sociales, ya sea Twitter o LinkedIn e incluso Facebook (aunque sea una red más de corte social que profesional) genera conversaciones y se dispara un diálogo al que hay que estar preparado para bancar.
En la red social Twitter, cien millones de usuarios son usuarios activos diarios, al menos entran una vez e interactúan cada 24 horas. Y los usuarios envían al día 500 millones de mensajes de menos de 140 caracteres. Estas cifras, que se calcularon a final de junio de 2013, suponen un incremento del 44% en número de usuarios activos al mes en comparación con el mismo mes del año anterior, cuando contaba con 151,4 millones de usuarios activos al mes.
Esto nos muestra la importancia que hoy tienen las redes sociales en nuestras vidas, reafirmándose su condición de medio de información y comunicación.
Entonces, volvamos a la pregunta del comienzo: ¿no es clave pensar primero y escribir después?
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